Nadie podía imaginar hace tan sólo unos meses que íbamos a sufrir una pandemia ocasionada por un virus, y que eso iba a cambiar nuestras rutinas, nuestra manera de trabajar y de relacionarnos.
Durante el confinamiento, hemos vivido situaciones de estrés o ansiedad por diferentes motivos. Miedo al contagio, preocupación por la situación laboral, dificultades para compaginar teletrabajo y tareas académicas de nuestros hijos, o lo que es peor, la enfermedad o la pérdida de algún ser querido.
Afortunadamente volvemos poco a poco a recuperar nuestras vidas, pero con algunas precauciones; las mascarillas, la distancia social y el lavado frecuente de manos, han llegado para quedarse una larga temporada.
En éste proceso de adaptación, los centros sanitarios estamos haciendo un gran esfuerzo para volver a dar servicio a nuestros pacientes, cumpliendo todos los requisitos de higiene y seguridad recomendados por las autoridades sanitarias, y garantizar así la asistencia médica de forma adecuada.
Pero como decía antes, todo ese estrés, el llevar las mascarillas durante horas,...han dejado mella en nuestra piel, que necesita oxigenarse, hidratación, incluso puede haber aparecido algún brote de acné.
En Medicina Estética contamos con tratamientos capaces de devolver la hidratación y la luz a nuestra piel, detoxificarla, controlar el acné, etc. Podemos realizar peelings adecuados para el verano, que proporcionan los activos necesarios para mejorar nuestra piel sin agredirla. Del mismo modo podemos potenciar esa hidratación facial aplicando vitaminas y ácido hialurónico mediante mesoterapia facial.
Y ahora que llevamos gran parte del día la mascarilla que cubre casi todo nuestro rostro, puede que nos fijemos más que nunca en esas arruguitas del entrecejo y la frente, o alrededor de los ojos, y que podemos atenuar en gran medida con la toxina botulínica sin perder expresividad.
Otro aspecto que preocupa a gran parte de nuestros pacientes, es el haber descuidado los hábitos de alimentación saludables durante los meses de confinamiento, y eso unido a una limitación para hacer ejercicio, ha llevado a muchos a subir de peso. Debemos diferenciar aquí que no es lo mismo el sobrepeso que la obesidad,y no tiene las mismas repercusiones para la salud. Hablamos de obesidad cuando una persona tiene un IMC (Indice de masa corporal) mayor del 30%, que se calcula mediante una fórmula matemática relacionando el peso y la altura del paciente. Estos pacientes tienen más probabilidad de padecer enfermedades, sobre todo cardiovasculares, y los últimos estudios además relacionan la obesidad con un mayor riesgo de ingreso hospitalario en pacientes por COVID 19. Por lo tanto, necesitan la ayuda de los profesionales médicos para guiarlos en el proceso de pérdida de peso y de adaptación de sus hábitos dietéticos y de ejercicio físico. Pero por lo general, nuestros pacientes sólo necesitan perder 5 ó 6 kilos, y que les ayudemos a modelar la figura con alguno de los tratamientos complementarios que podemos ofrecerles, de manera que puedan mejorar la celulitis y reducir volúmen de algunas zonas corporales, eliminar la pesadez de piernas, tan frecuente en los meses venideros, así como la retención de líquidos.
Para todas estas afecciones existen tratamientos específicos, pero ha de ser el médico quien tras realizar una exploración del paciente, aconseje cual será en cada caso el tratamiento conveniente.
Todo esto combinado con una dieta saludable, el ejercicio físico regular, las actividades al aire libre, nos pueden ayudar a volver a vernos mejor y sentirnos bien, para seguir disfrutando de la vida.
Como siempre, en la Clínica de la Dra. Nuria Ferri, podemos ayudarte y asesorarte sin ningún compromiso.