El cuidado del rostro, mantener su armonía, combatir las arrugas y la flacidez, son las principales preocupaciones de los pacientes que acuden a la consulta de Medicina Estética.
El proceso natural de envejecimiento hace que la forma trapezoidal que tiene el rostro de una persona joven, más ancha en la zona de los pómulos y más fina en la barbilla, pase a ser más cuadrada, con un desplazamiento hacia la parte inferior del rostro de la piel y los tejidos.
Esto ocurre debido al deterioro progresivo de las diferentes estructuras faciales. Los huesos, por ejemplo, pierden espesor debido a la descalcificación que experimentan, los depósitos de grasa facial también van disminuyendo, y hacen que zonas como el pómulo se vean más hundidas, con menor volumen, y que aparezcan algunos signos de envejecimiento facial como las líneas en las comisuras de la boca, o líneas de marioneta, los surcos nasogenianos o la pérdida del óvalo facial y la aparición de la papada.
También en la piel se producen cambios muy importantes, sobre todo una disminución del espesor de la misma por pérdida de hidratación y disminución de fibras de colágeno y elastina, lo que le da menor turgencia, y aparecen arrugas finas superficiales y la temida flacidez.
Además de la predisposición genética, algunos factores externos pueden acelerar el envejecimiento cutáneo, como la exposición excesiva al sol, el tabaco, algunos medicamentos, una pérdida importante de peso o las dietas pobres en proteínas.
Así pues, cuando los médicos especialistas en Medicina Estética valoramos a un paciente, debemos fijarnos en cuales de las situaciones mencionadas anteriormente presentan mayor deterioro, una pérdida de volumen facial, pérdida de elasticidad, o falta de hidratación y turgencia en la piel, para actuar en consecuencia, y aportar un beneficio al rostro del paciente en su conjunto.
Podemos hacer uso del ácido hialurónico para devolver el volumen perdido al rostro y la hidratación a la piel, de los peelings médicos y los tratamientos de Redensificación facial para mejorar la calidad de la piel, o el láser de plasma PlexR para zonas como los párpados o las arrugas peribucales. La flacidez facial, se revierte usando técnicas que estimulen la capacidad natural de la piel de producir colágeno, y existe una técnica que resulta muy útil para combatir la flacidez del tercio inferior del rostro, los Hilos de PDO (polidioxanona).
Se trata de una técnica de rejuvenecimiento facial sencilla, con la que realizamos un lifting no quirúrgico. Los Hilos de PDO, son hilos biodegradables que se utilizan en cirugía general, y que colocados de la manera adecuada en el tejido subcutáneo, crean tensión y producen un leve estiramiento de la piel. Posteriormente, los fibroblastos de la zona, comienzan a degradar estos hilos, generando colágeno en la zona y reafirmando la piel.
Como he dicho es una técnica sencilla, que se realiza en la consulta médica, y totalmente compatible con la vida laboral y social, con la que conseguimos mejorar la línea mandibular y la papada, y devolver la armonía a nuestro rostro.
En la Clínica de la Dra. Nuria Ferri, ponemos a su disposición todos estos tratamientos, y les podemos ampliar la información sobre ellos sin compromiso.